La temporada de lluvias ya inició y como generalmente ocurre, comienza a ceder desde noviembre, justo cuando inicia la llegada de frentes fríos y masas de aire seco a nuestro país. Las lluvias son benéficas en muchos aspectos, pero en ocasiones pueden causar catástrofes. Para entenderlas y medirlas te explicamos algunos detalles en este artículo.
En México, las precipitaciones que ocurren en la temporada de lluvias están asociadas a diversos fenómenos meteorológicos, sobresaliendo las ondas tropicales, vaguadas, flujos monzónicos y los temidos ciclones tropicales. En la mayor parte de nuestro país se ubica un nutrido número de estaciones meteorológicas oficiales y particulares que cuenta con un instrumento para la medición de la lluvia. Estamos hablando del pluviómetro.
El pluviómetro es el instrumento que se utiliza actualmente para medir la cantidad de lluvia que cae y existen varios tipos. Tradicionalmente se utiliza el pluviómetro de cubeta, que es un recipiente con un embudo que almacena la lluvia acumulada. Una vez terminada la lluvia, el observador meteorológico con una regla mide la altura de la precipitación en mm. Es importante destacar que 1 mm de lluvia medida, equivale a 1 litro de agua por metro cuadrado.
Otro tipo de pluviómetro con tecnología más avanzada es el pluviómetro de balancín. Este artefacto meteorológico percibe la precipitación en un recipiente con un embudo, y en lugar de acumular el agua; esta pasa por un par de cucharas en forma de balancín que al percibir la precipitación registran 0.2 mm de lluvia en un sensor electrónico. La información es registrada y medida de forma automática sin intervención humana.
Aunque los pluviómetros dan un dato muy exacto de la precipitación, se limitan a un área puntual en específico, y tomando en cuenta que la lluvia no cae de manera uniforme, hay zonas donde llueve y no se registra precipitación. Para cubrir estos espacios se utilizan herramientas de percepción remota como los radares y satélites meteorológicos.
El radar meteorológico funciona en tierra, enviando un pulso electromagnético en todas direcciones y varios niveles de altura, mismo que al chocar con las gotas de agua en las nubes rebota y de esta manera, el instrumento estima la cantidad de lluvia que estaría precipitando. También pueden encontrar granizo y hasta estructuras tornádicas dentro de las nubes de tormenta.
Desde el espacio, los satélites meteorológicos también tienen sensores que estiman la precipitación acumulada en determinado lapso de tiempo o la intensidad, basándose en sensores térmicos y microondas. Con estas herramientas, tanto locales como remotas, el meteorólogo puede dar seguimiento de las lluvias para informes de rutina, seguimientos hidrológicos e incluso para dar avisos de posibles inundaciones.
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