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Las mujeres y su participación en la meteorología

Las mujeres y su participación en la meteorología

La meteorología y la climatología son ciencias relativamente jóvenes, a pesar de que han estado inmersas en muchas de las decisiones de la historia de la humanidad, fue hasta finales de 1870 cuando se comenzaron a realizar las primeras predicciones meteorológicas y el boom de estas ciencias vino a mediados del siglo 20 con los primeros avances de la radio y la telecomunicación.

Fue alrededor de los 40’s cuando en Estados Unidos una cadena de televisión local de Nueva York se aventuró a transmitir en vivo el pronóstico del tiempo usando una marioneta llamada “La oveja Wooly”, con el fin de hacer la sección más amena e interesante para el público en general. A partir de ese momento, era común ver que marionetas y personajes dieran el pronóstico del tiempo, uno de los más famosos fue el Capitán Sandy y su compañero Wilbur, el pájaro del tiempo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los meteorólogos veteranos de la fuerza aérea fueron los encargados de presentar los pronósticos al aire, a pesar de aportar un buen contenido e información los meteorólogos tendían a ser demasiados serios y perdían audiencia. Fue en la década de las 50’s que las televisoras decidieron incorporar jóvenes mujeres para dar el pronóstico del tiempo de manera más amable y graciosa.  Con la gran aceptación que tuvo este nuevo estilo, múltiples canales locales de todo Estados Unidos llenaron las pantallas con mujeres atractivas pero sin formación o experiencia en este campo que hasta entonces había sido dominado por hombres.

En esta época la competencia por espectadores era descomunal, mientras  más innovadora fuera la manera de proyectar mapas meteorológicos y la presentadora del pronóstico del tiempo tuviera mejor estilo y apariencia, los números de personas interesadas en esta sección sería mayor. Por ende, en todo Estados Unidos se acuñó el término de “la chica del tiempo” a un estereotipo de mujeres con dudosas habilidades en la ciencia, de modo que parecía fácil hacer una predicción de si lloverá o no.

Siendo la meteorología y el pronóstico del tiempo de gran importancia para las actividades de la población, no se podía permitir que se pierda la credibilidad a esta ciencia, y en 1957 la Sociedad Meteorológica Americana (AMS, por sus siglas en inglés) estableció que cualquier cadena de radio y televisión debería contar con personal acreditado en meteorología y física o ciencias afines. Cerca de un centenar de meteorólogos hombres se acreditaron y fue hasta el diciembre de 1972 que una mujer obtuvo el certificado para dar el pronóstico del tiempo en televisión. Pese a que se graduaban más mujeres meteorólogas, muy pocas querían aparecer en televisión ya que la población consideraba que su información tendería a ser errónea por el simple hecho de ser mujer, debido al estereotipo que aún existe de “la chica del tiempo”.