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Personas que han sobrevivido a un rayo

Personas que han sobrevivido a un rayo

De los rayos que impactan en personas, solo el 10% ocasiona muertes. Pero las personas que sobreviven a los rayos experimentan graves consecuencias.

Las personas que han sobrevivido a un rayo han percibido cambios en sus vidas. Desde la actitud, la forma de tomarse lo que les sucede, así como acostumbrarse a cambios físicos, el modo de vida tras este choque eléctrico no vuelve a ser el mismo.

El rayo es uno de los fenómenos más espectaculares, combinando su gran destello como el posterior trueno, causando tanto respeto como miedo.

Cada año, en el mundo mueren entre 4 mil y 6 mil personas por alcance de rayo. Existe una probabilidad de 1 entre 3 millones de ser alcanzando por un rayo. De acuerdo con la Administración Nacional Océanica y Atmosférica de Estados Unidos, calcula que en ese país caen 25 millones de descargas eléctricas. De las personas que reciben impactos por rayo y por increíble que parezca, solo el 10% muere, el resto, debe enfrentar lesiones y consecuencias muchas veces, a lo largo de toda su vida.

Sobrevive 7 veces

Roy Cleveland Sullivan es el afortunado (o no tanto) guardabosques que sobrevivió al impacto de siete rayos, como se informa en Meteored.

Este famoso guardabosques Parque Nacional de Shenandoah de Virginia, Estados Unidos, se ganó un sitio en el Guinness World Records por haber sido la persona que ha sobrevivido a más impactos de rayos.

La famosa publicación, enlistó de la siguiente forma las consecuencias de cada impacto:

  • 1942: perdió el dedo gordo de un pie.
  • 1969: perdió las cejas.
  • Julio de 1970: se quemó el hombro.
  • 16 de abril de 1972: se quemó el cabello.
  • 7 de agosto de 1973: se quemó las piernas y de nuevo el cabello.
  • 5 de junio de 1976: se lesionó el tobillo.
  • 25 de junio de 1977: se quemó el pecho y el estómago.

Reporte cercano de un meteorólogo

Como si de un chiste de colmos se tratara, Brad Sussman era el meteorólogo en jefe en una estación de Jacksonville, Estados Unidos, y estaba en la junta de seguridad contra relámpagos del condado en el que vivía.

The New York Times informa que a principios de los años noventa, durante una tarde lluviosa, Sussman vio que había una ventana abierta. Procedió a cerrarla y puso sus manos sobre el marco de metal. Despertó tirado de espaldas a casi a seis metros de distancia.

“Mi hijo de 2 años y medio me dijo: Papá, fue chistoso. Hazlo otra vez’”, dijo Sussman, quien ahora es vendedor de seguros en Cleveland. Un vecino escuchó el ruido y entró a la casa. “¿Cómo puede ser que a mí me golpeó un rayo? Soy un meteorólogo”, recordó Sussman que le dijo a su vecino.

Registrado en video

En agosto de 2019 The Washington Post también informó sobre alguien más que se integra a las personas que han sobrevivido a un rayo.

En él vídeo se puede ver a un hombre en Conway, Carolina del Sur, que camina por un parque en medio de una fuerte tormenta. De pronto, un rayo impacta sobre la parte derecha de su cuerpo, a la altura del hombro, y le hace perder el equilibrio, tirando su paraguas. Sin embargo, el sujeto no tarda ni un segundo en aparentemente recuperarse y escapar de la zona de impacto. 

Sobrevive dos veces

Entre las personas que han sobrevivido al impacto de un rayo se encuentra Beth Peterson, de Georgia, Estados Unidos, quien resistió a dos impactos, como lo relata BBC.

Tenía 24 años y era soldado en Fort Benning, Georgia. La noche del primer rayo, inspeccionaba municiones en el punto de suministro con otro guardia.

Los médicos estaban asombrados de que hubiera sobrevivido cuando llegué al hospital. Tenía la mandíbula rota, una lesión cerebral grave y los vasos sanguíneos de sus pies destruidos.

Tuvo que pasar por 12 cirugías para reconstruir mi mandíbula y los dedos de sus pies fueron amputados. Aprendió a leer, escribir, hablar y caminar nuevamente. Además de requerir rehabilitación física, le diagnosticaron estrés postraumático.

Exactamente un año después, al avecinarse una tormenta, su psicólogo le recomendó enfrentar sus temores y no esconderse de los signos del tiempo. Por ello, decidió salir a su porche, cuando lo volvió a sentir: le había caído un segundo rayo.

Tras 25 años y múltiples consultas médicas y seguimiento, sigue sintiendo dolor como consecuencia de ambos impactos. En 2013, escribió un libro sobre cómo aprovechar el dolor para hacerte más fuerte.