Se debilita “El Niño” y empieza a surgir “La Niña”
La actualización del Centro de Predicciones Climáticas indica que el fenómeno de El Niño tiene una menor intensidad, disminuyendo anomalía térmica de +1.8 a +1.2°C en la región 3.4. En contraste, la región 1+2 que corresponde a costa/mar frente a Perú y Ecuador tiene una anomalía fría de -0.1°C indicando una fase neutra en desarrollo y con tendencia a La Niña costera en dicha región.
Probabilidades de intensidad: La Niña a la vuelta de la esquina
La previsión a largo plazo no ha mostrado cambios, observándose que todos los modelos dinámicos y estadísticos debilitan a El Niño en lo que queda de abril y pasando a una fase neutra en mayo con un 85% de probabilidad.
En general, estaría en verano el fenómeno de La Niña, aumentando probabilidad superior al 80% de su presencia y fortalecimiento en el invierno. Basándonos en los escenarios actuales, esta fase fría del ENSO podría tener anomalías entre -1 a -1.5 °C o inferior conforme avance el otoño e invierno 2024-2025, catalogándose como una Niña fuerte a muy fuerte.
Existen varios años análogos al comportamiento actual de El Niño y La Niña, uno de ellos sigue siendo el periodo de 2007-2012, siendo casi idéntico al iniciar La Niña, intercalarse un breve El Niño y el retorno de una Niña. Otro similar es 97-98 cuando rápido pasamos de un súper El Niño a una Niña fuerte prolongada.
¿Qué condiciones podrían presentarse en próximos meses?
En lo que queda de la primavera, los efectos serán relacionado a El Niño, es decir, más seco y caluroso de lo normal, aun cuando pueda disiparse este fenómeno y pasar a fase Neutra. Sin embargo, el verano ya podría estar dominado por La Niña, resultando en cambios extremos en un plazo relativamente corte.
Tendencia para abril y mayo
Estos próximos 15-20 días de abril, el calor seguiría siendo lo relevante como es típico; pero, afortunadamente los modelos insisten en un incremento de lluvias, debido a frentes fríos, vaguadas, su interacción y una tropósfera alta divergentes.
Temporada de ciclones tropicales: pros y contras
La sequía que persiste en México hasta el 31 de marzo, se extiende en un 57.5% del territorio nacional (categorías D1 a D4 del Monitor de Sequía del SMN), la cual aún podría aumentar el resto de la primavera, pero pasando a una temporada de lluvias más abundantes.
En mayo, iniciando la temporada de ciclones del Pacífico, se observa gran déficit de lluvia en estados de la franja centro-sur, siendo mayor en el noreste y parte del oriente. Para junio, el déficit podría ser aún mayor en gran parte del noroeste, norte, occidente, sur y parte del centro, siendo más lluvioso en el sureste.
Conforme junio pase, las lluvias irían aumentando, para dar paso a un trimestre julio, agosto y septiembre mucho más lluvioso de lo normal en gran parte de México, especialmente estados del centro-sur. Contrariamente, el occidente y noroeste podría ser mucho más seco.
Atlántico más activo, ¡A prepararse!
El primer pronóstico indica un total de 23 ciclones con nombre en la Cuenca del Atlántico, situación que pone en alerta a México en el verano y otoño; además de posibles impactos, las ondas tropicales y la Zona Intertropical de Convergencia generarían periodos abundantes de lluvias.
Este escenario sería perfecto para reducir y hasta acabar con la sequía que ha estado en nuestro país por meses y hasta años, pero los efectos negativos urbanos podrían ser altamente probables.
La población en general debe comenzar a prepararse, realizando planes de emergencia para saber cómo actuar si en algún momento se da una situación extrema de inundaciones, deslizamientos, desborde de ríos y otros efectos negativos.
Fuente: Meteored México