Por lo general, los ciclones tropicales tienen una tendencia y movimiento hacia el norte por efecto de la curvatura de la tierra, además de qué su papel es ayudar a regular la temperatura en

el planeta absorbiendo el exceso de calor latente en los trópicos y transportándolo hacia los polos. Sin embargo, sus trayectorias están condicionadas por los sistemas meteorológicos que se presentan en su entorno, y es por eso que en muchas ocasiones se dirigen hacia zonas continentales ubicadas más al sur.

Un frente frío y anticiclón culpables de la catástrofe

El huracán Gilbert se pudo haber movido desde aguas del Atlántico hacia el norte o noroeste, pero su trayectoria al final fue cruzar el Caribe la península de Yucatán. ¿Qué fue lo que provocó que no diera ese giro más al norte?

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De acuerdo con reanálisis meteorológicos, basados en imágenes satelitales y observaciones meteorológicas, cuando Gilbert ya estaba en el Caribe central como un huracán, una extensa dorsal anticiclónica se ubicaba al norte de las Antillas, misma que a su vez estaba comenzando a ser reforzada por un frente frío aproximandose se desde el sureste de Estados Unidos.

Este patrón atmosférico evito el movimiento de Gilbert hacer noroeste-norte y mantuvo su trayectoria franca hacia el oeste. La dorsal anticiclónica se mantuvo hasta el 14 de septiembre sobre la misma zona, circunstancia que hizo impactar a Gilbert en la península de Yucatán.

Una vez cruzando la península la influencia de la dorsal anticiclónica era mínima, lo que permitió que de el giro al noroeste rumbo a Tamaulipas y Nuevo León, donde también causó daños.
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En resumen, si esa dorsal anticiclónica y ese frente frío no se hubieran presentado, probablemente Gilbert se hubiera movido hacia las Antillas, hacia Cuba o Estados Unidos, cambiando completamente la historia. La meteorología nos muestra con análisis que las trayectorias y evolucion de los ciclónes tropicales están fuertemente ligadas a las condiciones meteorológicas de su entorno.