¡A sembrar árboles! La ciudad de Mérida ya es una “Isla de Calor”

Desde hace varios años, las temperaturas máximas extremas se han incrementado en la ciudad de Mérida, Yucatán, y fue hace unos 8 años cuando se llegó al récord absoluto de calor. Esto probablemente está relacionado con el aumento de la plancha de concreto y la deforestación, lo que esta convirtiendo a la capital yucateca en una auténtica isla de calor.

De acuerdo con información del Observatorio Meteorológico de CONAGUA, ubicado en terrenos del aeropuerto de Mérida, en los últimos 13 años se rompió en dos ocasiones el récord absoluto de temperatura máxima extrema en la ciudad desde que se llevan registros. La primera vez fue en el mes de mayo de 2009 cuando hubo 43.5 grados y posteriormente en abril del 2015 con 43.6 grados. 

Esta condición puede ser parte de la variabilidad climática que se da normalmente, pero también podría ser la influencia del crecimiento de la ciudad.

Una isla de calor se caracteriza por la marcada diferencia de temperatura observada entre los espacios urbanos repletos de construcciones en comparación con su periferia con mayor vegetación. La distribución espacial de temperaturas de las islas de calor son concéntricas o en forma de domo, si hacemos un corte transversal sobre una localidad.

La construcción de nuevos fraccionamientos y el crecimiento urbano extien

den la plancha de concreto sobre la ciudad de Mérida, además de que se presenta un mayor grado de deforestación. En donde hay más construcciones y masa de concreto, las temperaturas serán más elevadas que en la periferia, donde existe mucho mayor vegetación.

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Es importante reforestar para evitar el calor extremo

La vegetación es sustituida por superficies de concreto, asfalto, ladrillo y otros materiales de construcción que alteran el balance hídrico y radiaivo de la superficie, como por ejemplo, la absorción de calor y su lenta dispersión diurna. Es por esto que al caer la noche, las temperaturas se mantiene mucho más altas en la ciudad que en zonas periféricas o comisarías.

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Para regular esta anomalia de las temperaturas y crecimiento de la isla de calor, es importante reforestar, ya que los árboles proyectan sombra y refrescan el ambiente al no permitir una alta absorción de calor por la superficie. De la misma manera, es necesario rehabilitar áreas verdes con pasto y plantas, pues ayudan a crear entornos más frescos en lugar de plataformas de concreto “donde muy facilamente se podría cocer un huevo”.​

Aunque es inevitable y en cierta forma es necesario el progreso, y que nuestra ciudad siga desarrollandose, es importante que se tomen medidas, ya que si la isla de calor en Mérida sigue creciendo, en los próximos años se podrían alcanzar temperaturas superiores a los 45 grados, rango que podría convertirse en algo muy peligroso para los pobladores de la ‘ciudad blanca’. Realmente no es dificil, es muy sencillo, devuélvele en mayor o menor medida su espacio a la naturaleza, siembra un árbol o plantas.