Las tormentas y turbonadas de verano
Además de los vientos destructivos que pueden provocar los ciclones tropicales en esta época del año, en ocasiones una sola tormenta de verano es suficiente para causar daños en ciudades, dependiendo de factores del entorno. Estas tormentas con vientos fuertes son llamadas líneas de turbonada, y se presentan en algunas ocasiones como una enorme nave espacial en el horizonte.
Las tardes de verano son particularmente muy cálidas y húmedas, lo que representa una gran cantidad de energía potencial convectiva disponible para la formación de tormentas. Este cartucho de dinamita en ocasiones interactúa con inestabilidad generada por sistemas meteorológicos como ondas tropicales, vaguadas e inestabilidad en niveles superiores. En consecuencia, se forman nubes de gran desarrollo vertical, llamadas cumulonimbos que engendran las tormentas.
En diversas ocasiones estas tormentas llegan a ser extensas y subiditas de tono, sobre todo cuando factores ambientales del entorno influyen. Por ejemplo, divergencia o llegada de aire frío en niveles medios y altos, intensa vorticidad asociada a una onda tropical activa o vaguada, así factores locales asociados al calentamiento diurno. Es entonces cuando el desarrollo vertical de las tormentas alcanza topes de hasta 15 kilómetros, lo que representa corrientes ascendentes de aire muy fuertes, que a su vez se convierten en corrientes descendentes violentas.
El aire descendente que acompaña la lluvia llega a la superficie y se mueve en todas direcciones, generando vientos que alcanzan velocidades cercanas a los 100 km/h. A veces interactúa con corrientes de aire caliente externas y forma una nube tipo arcus, similar a una nave extraterrestre. A este tipo de tormenta se le llama “línea de turbonada”, y además de los fuertes vientos; puede llegar acompañada de granizadas y actividad eléctrica abundante.
Riesgos dentro de una linea de turbonada
Aunque no es en una gran extensión, las líneas de turbonada pueden causar daños en ciudades principalmente por sus fuertes vientos que toman desprevenidos a la población. Frecuentemente derriban árboles, ramas, anuncios espectaculares y estructuras frágiles. Los meteorólogos pueden predecirlas analizando la inestabilidad atmosférica con globos sonda y observando su desarrollo con imágenes de satélite y radar.
Las líneas de turbonada también representan un riesgo elevado para la navegación, sobre todo cuando alguna de ellas sorprende a los navegantes en altamar. Son más comunes cuando estan asociadas a frentes fríos.