El pasado sábado el paso de una onda tropical dio origen a la formación de varias celdas de tormenta sobre la península. Una de ellas alcanzó la ciudad de Mérida generando precipitaciones importantes y vientos fuertes. Reportes en redes sociales mostraron una formación peculiar dentro de la tormenta, un posible tornado. Sin embargo, se trató de otro tipo de fenómeno.
Algunos estudios indican que en la zona de la Península de Yucatán se han formado tornados en el pasado, de hecho National Geographic indica que es una zona con probabilidad media de formación de tornados; de hecho ya se han documentado algunos en el pasado. Sin embargo, no a todo lo que se parezca a un tornado se le debe llamar tornado, ya que es importante hacer un análisis más a fondo.
En redes sociales se compartieron videos de una nube en forma de tubo sobre los cielos de Mérida. Realmente se miraba algo parecido a un tornado, pero no cumplía con las características de este fenómeno. Más bien tenía toda la pinta de un torbellino (que no es lo mismo) generado por los vientos turbulentos de la tormenta, o bien una nube “Tail Cloud” o “Nube Cola”.
Para que se forme un tornado se necesita un entorno muy inestable y con cizalladura vertical muy marcada. Generalmente se forman dentro de sistemas de tormenta llamados supercelda que tienen ya una rotación a nivel de mesoescala. También existen los tornados no-supercelda, que se forman con ayuda de los vientos turbulentos en superficies con orografía irregular. En el caso de lo ocurrido el sábado, datos del radiosondeo mostraban desde la mañana una tropósfera inestable por el paso de una onda tropical, pero sin helicidad (parámetro para medir la rotación en las tormentas).
Lo más probable es que fuera un
torbellino, algo más mesurado en comparación con un tornado legítimo, que por más débil que sea, tiene mucho más fuerza destructiva, además de que está asociada a entornos más severos. Por otra parte, se pudo haber malinterpretado por que se presentaron fuertes vientos, pero en la mayoría de las tormentas se presentan vientos fuertes y turbonadas sin necesidad de ser un tornado o mini tornado.Otros reportes mostraron un torbellino en el periférico de Mérida que también aparentaba ser un tornado, pero otra vez no. En esta ocasión se trató de un “Gustnado”, término que se le da a los torbellinos que se forman por la fuerte vorticidad que se generan por las corrientes descendentes las tormentas al encontrarse con aire cálido. Es importante recalcar que la fuerte inestabilidad y vientos turbulentos en el interior de la tormentas generan vórtices de diversas intensidades, pero para que lleguen a ser un tornado, tienen que cumplirse otros factores.
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