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Calor extremo puede ser factor de riesgo para el corazón

Calor extremo puede ser factor de riesgo para el corazón

El calor extremo puede ser factor de riesgo para el corazón, sobre todo en la región en la que vivimos. “Tanto el corazón como el resto del organismo, no es indiferente a los cambios climáticos a los que nos enfrentamos”, afirma el Dr. Luis Daniel Lizama Rodríguez, médico especialista en cirugía y salud cardiovascular, del Hospital Faro del Mayab.

Con motivo del Día Mundial del Corazón, que se conmemora el 29 de septiembre, el equipo de Meteorología Yucatán entrevistó al especialista para conocer la forma en el que corazón puede verse afectado de acuerdo al estado del tiempo.

“En el caso del corazón, las temperatura extremas, frío o calor, pueden cambiar la forma en la que el corazón y el resto del sistema cardiovascular trabajan, es decir, todas las ‘tuberías’ y arterias que le llevan la sangre con oxígeno desde el corazón hasta el resto del cuerpo”, explica el Dr. Lizama Rodríguez.

Añade que no hay un enemigo principal en cuestión de temperatura, lo peligroso en realidad son los extremos. “Cuando hablamos de estar expuestos a un frío extremo o cambio brusco de temperatura hacia el frío, el corazón empieza a trabajar más rápido para intentar mantener un adecuado flujo de sangre y calor en el cuerpo. Sin embargo, las arterias se van a estrechar; si ya hubiera alguna obstrucción, alguna placa de colesterol, puede impedir el paso de sangre hacia una zona del músculo cardiaco y se puede presentar un infarto”.

Como indica, en países sometidos a climas demasiado fríos, la mayor tasa de infartos tiene lugar precisamente durante los meses de invierno, que es cuando hay más frío.

El calor extremo puede ser factor de riesgo para el corazón, pues incrementa la densidad de la sangre.

¿Por qué el calor extremo puede ser factor de riesgo para el corazón?

El calor extremo puede ser factor de riesgo para el corazón y afectar a la salud cardiovascular. “Cuando hace mucho calor, el corazón está obligado a trabajar de más y esto nos puede llevar a una deshidratación, sobre todo si no nos estamos hidratando lo suficiente”.

Explica además que cuando nos deshidratamos, la sangre está muy densa, lo que genera mayor dificultad para su paso y movimiento. Por eso, una de las causas principales de mortalidad durante olas de calor son las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, afirma el Dr. Luis Daniel. “Como la sangre está más espesa y concentrada, favorece la aparición de coágulos, mismos que pueden causar complicaciones importantes”.

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¿Cómo minimizar estos problemas?

Específicamente para quienes vivimos en la Península de Yucatán, estas son sus recomendaciones, especialmente en aquellos pacientes que ya tengan alguna enfermedad crónica como insuficiencia cardíaca, hipertensión, entre otros factores de riesgo.

  • Evitar cambios bruscos de temperatura
  • Llevar ropa ligera que permita transpirar, así como protegerse con gorra o sombrero
  • Limitar el esfuerzo físico y exposición al aire libre entre el mediodía y las 4 de la tarde, horario en que el calor es más intenso
  • Evitar el consumo de alcohol, para prevenir la deshidratación
  • Beber agua e hidratarse de manera continua. Tener sed es señal de que el cerebro ya se empezó a deshidratar
  • Mejorar la alimentación: consumir menos sal e incrementar la ingesta de frutas típicas de la región ricas en líquidos
  • En caso de ser necesario, cambiar dosis de medicamentos diuréticos, siempre asesorado por el médico de cabecera
  • Dormir lo suficiente

“En el Día Mundial del Corazón debemos recapacitar sobre la importancia de este órgano que empieza a latir mucho antes de nacer y será el ultimo que se apague”, menciona el especialista.

“Aunque existen factores e influencia genética para tener enfermedades relacionadas, son las propias acciones y decisiones que toman las personas las que van a disparar este gatillo, como no llevar una vida cardio saludable, fumar, abusar del alcohol, y claro, el no acudir a visitas médicas para el control de enfermedades silenciosas pero peligrosas, como hipertensión, diabetes, colesterol o triglicéridos”.

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