Dormir bien cuando hay calor: ¿Cómo lograrlo?
Dormir adecuadamente cuando las temperaturas están elevadas, puede ser un trabajo imposible. Pero existen medidas que te ayudarán a soñar en estos casos.
Estos son algunos consejos que puedes poner en práctica, basados en sugerencias del profesor Kevin Morgan, exdirector de la Unidad de Investigación Clínica del Sueño de la Universidad Loughborough y Lisa Artis, del Consejo del Sueño, ambas en Reino Unido.
- Al regular nuestra temperatura interna en temporada de calor, usamos más energía, lo que puede ocasionar que nos sintamos somnolientos durante el día.
Tomando en cuenta que dormir ya es difícil, hacerle caso a este instinto empeorará lo situación. Así que las siestas quedan prohibidas.
- Bebe suficiente agua durante el día, pero evita tomar demasiados líquidos antes de irte a la cama para no tener que interrumpir tu sueño por ir al baño.
Eso sí, aunque se antojen, evita los refrescos gasificados, pues muchos estimulan el sistema nervioso central, con lo que contribuyen a que te mantengas despierto y no puedas dormir.
- El cambio de temperaturas puede llevarte a cambiar la rutina, pero con esto también se altera el patrón de sueño.
Mantén tus horarios y acuéstate a los tiempos en los que regularmente lo haces, teniendo como precedente la rutina que tienes normalmente antes del sueño.
- Asegúrate de tomar las medidas adecuadas para que tu habitación se conserve fresca por la noche.
Cierra las cortinas e incluso ventanas durante el día, sobre todo aquellas en las que golpea directamente la luz solar.
Al caer la noche, abre las ventanas para dejar que circule el viento y refresque la habitación antes de que te acuestes a dormir.
- Mantén una sábana ligera a mano, pues aunque haya mucho calor al acostarte, al dormir bajará la temperatura de tu cuerpo.
- En cuanto a los niños, considera que aunque suelen dormir bien, son sensibles a los cambios en sus rutinas.
Asegúrate de seguir sus costumbres de sueño y baños, aunque haga calor. De hecho, al bañarlos, se recomienda que el agua esté tibia, pues el frío estimula la circulación, lo que mantiene el cuerpo caliente.
En el caso de los bebés, asegúrate de vigilar su temperatura y cada cierto tiempo verifica si su frente, espalda o estómago se sienten calientes.
Información: BBC
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